domingo, 14 de marzo de 2010



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CANCIONES FEMENINO SINGULAR


Canciones desnudas en femenino singular

PABLO GUIMÓN 14/03/2010

Son mujeres. Son jóvenes. Escriben y cantan canciones. No están dispuestas a renunciar a su independencia. Irrumpen en un mundo de la música muy distinto al que conocieron las generaciones anteriores. Su territorio es el ?nderground?, pero sus personalísimas propuestas empiezan a llamar la atención de un público más amplio. Viven un presente que les sonríe. Y no quieren pensar en el futuro.

"¡Se atreve a ser diferente!". Aquél fue el primer titular que le dedicaron en su vida. Daily Texan, 27 de julio de 1962. La fotografía la mostraba cantando apasionadamente y tocando un autoarpa. El artículo describía las libérrimas maneras de aquella joven recién llegada al campus de Austin, que se presentó a la entrevista con una botella de licor, osadía que habría bastado, de haber sido descubierta, para expulsarla de la universidad. "Anda descalza cuando le apetece, lleva tejanos a clase porque son más cómodos", escribía Pat Sharpe, responsable de la sección de Vida en el Campus. "No se preocupa por arreglarse el pelo cada semana ni por vestir a la última moda femenina, y cuando le da por cantar, lo hace con una vibrante voz aguda. Como nunca ha recibido clases ni puede leer música, su voz está sin amaestrar. Pero esta carencia parece más un activo que un lastre, pues canta con una espontaneidad y un gusto que a las voces cultivadas a menudo les resulta difícil de lograr. Da lo máximo de sí misma en las canciones folk". La chica de los tejanos se llamaba Janis Joplin y falleció trágicamente a los 27 años. Pero hoy, medio siglo después, sigue siendo un símbolo que anima a mujeres de todo el mundo a atreverse a ser diferentes.

Los tiempos han cambiado. Y las chicas que nos ocupan no han tenido que luchar ni que sufrir en exceso para que la sociedad les permita expresarse como lo desean. Otras muchas lo hicieron antes por ellas. Sus historias no son las de la persecución obsesiva de un sueño, las de una lucha contra la adversidad.

Tienen en común que escriben y cantan canciones. Personalísimas en todos los casos, de aire folk en la mayoría. Comparten un espíritu indie: renunciarían sin dudarlo a un éxito mayor si a cambio tuvieran que variar un ápice su propuesta. La autenticidad, innegociable. No persiguen ser estrellas, ni lo van a ser. La industria de la música que han conocido, muy distinta a la que vivió la generación anterior, ya no genera astros.

Irrumpen en un mundo de la música transformado. Un lugar sin limusinas, sin séquitos personales, sin caprichos. Un oficio en el que el pan se gana semana a semana en los escenarios, mimando a un público pequeño pero fiel, y los golpes de suerte tienen forma de politono, de marca comercial o de anuncio de televisión. Un mundo que intenta reinventarse mientras asiste a la imparable debacle de las ventas de discos.

Sirvan estos datos para situarse. Sólo tres álbumes (Joaquín Sabina, Fito y Fitipaldis y Alejandro Sanz) vendieron el año pasado en España más de 100.000 unidades. Una cifra que hace no tanto estaba al alcance de muchos. Y ningún artista debutante estuvo entre los 50 títulos más vendidos. Pero hay otro lado. El número de espectadores de música en directo subió en España un 34,8% entre 2000 y 2008. Y por primera vez en la historia, más de una cuarta parte de las ventas mundiales de la industria de la música grabada corresponde a los canales digitales. El 70% de la música consumida en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania se escucha en esos canales. Aunque los ingresos por esa vía sólo suponen el 35% del total, lo que quiere decir que aún hay mucha gente que no paga por la música digital que consume.

Ninguna de estas artistas recuerda con exactitud la última vez que compró un cedé. Usan iTunes, Facebook, Twitter, fotologs. Y todas tienen un perfil en MySpace, un sitio web donde pueden colgar sus canciones para que quien quiera las escuche gratuitamente, y donde se pueden comunicar directamente con sus fans.

El folk onírico de Alondra Bentley, el delicado pop de Anni B. Sweet, el rock desgarrado y melancólico de Tulsa, las singulares melodías de La Bien Querida o el descarado rockabilly con tintes de burlesque de Vinila Von Bismark. Todos son fenómenos en los que, de una forma u otra, ha tenido un gran peso Internet. Ninguna de ellas ha mandado una maqueta con sus canciones a una discográfica. Han sido más bien éstas las que se han acercado a ellas, al detectar el pequeño ruido generado por sus canciones en la Red. "Todas estas chicas tiene algo en común: una ética Do It Yourself [hazlo tú mismo, viejo lema de autogestión del punk] natural", opina Borja Prieto, director de MySpace España. "MySpace es un termómetro real de lo que pasa musicalmente y lo que le gusta a la gente. Además, para miles de grupos es su escaparate, donde entran en contacto con un montón de gente y cualquiera puede escucharlos. Es un invernadero donde crecen y fructifican todas las propuestas musicales".

La de Ana López, de nombre artístico Anni B. Sweet, creció mirando por la ventana de una casa de Fuengirola mientras escuchaba a su madre cantar flamenco y a sus hermanos mayores poner una y otra vez los mismos discos. "Tengo las etapas de mi vida muy marcadas por la música", cuenta. "Si sonaba Cecilia, sabía que era sábado por la mañana. Siempre había música. Yo escribo letras desde los seis años, cosas que se me van ocurriendo. Miraba por la ventana y escribía lo que pensaba".

El tránsito a la profesionalidad no fue muy brusco. Mudanza a Madrid a estudiar arquitectura hace tres años, amigos músicos que le animan a cantar, aprender a tocar la guitarra y abrir una cuenta de MySpace. Cuando estaba abriéndose la cuenta escuchaba Johnny B. Good, de Chuck Berry. "Y el amigo con quien estaba me propuso que me pusiera de nombre Anni B. Sweet. Me dijo que tenía una voz muy dulce pero mis letras no lo eran. Por eso Anni B. Sweet, que quiere decir 'Anni, sé dulce".

Pronto un sello independiente se interesó por aquellas canciones y le ofreció grabar un disco. "Nosotros seguimos teniendo nuestra red en la calle", explica Gema del Valle, de Subterfuge, el sello que editó a Anni B. Sweet, y también a Vinila Von Bismark y a Tulsa. "Casi siempre, y en el caso de Anni también, hay alguien que nos recomienda que escuchemos algo. La diferencia es que ahora, gracias a Internet, cuando te hablan de un artista puedes saber cómo es y cómo suena en un clic".

Salió el disco, y le siguieron decenas de conciertos por toda España y hasta una cadena de restaurantes de comida rápida que utilizó una versión suya en un anuncio. Lo que eran 15.000 visitas totales a su perfil de MySpace se convirtieron en 15.000 visitas a la semana, hasta un total, a día de hoy, de unas 600.000. Más de mil personas escuchan cada día sus canciones en Internet.

Anni dejó aparcada la carrera de arquitectura ("los estudios siempre están ahí, pero la música no espera") y, casi sin darse cuenta, se convirtió en una cantante profesional. "Vivo de esto", explica. "Pertenezco a una generación que llega a la música cuando los discos están desapareciendo, estoy acostumbrada a eso. Sé que se vive del directo, y ahora me está yendo bien".

También Alondra Bentley ha logrado vivir de sus canciones casi sin proponérselo. Lleva unos diez años escribiéndolas. "Si juntas todas las letras el resultado es muy autobiográfico", reconoce. "No son exactamente páginas arrancadas del diario, pero digamos que escribo sobre lo que conozco".

El mundo rural y bucólico que sugiere su música tiene que ver, en efecto, con el que ha conocido. Alondra nació en Lancaster, Inglaterra, hace 26 años. Concretamente, en Ashfield Avenue, calle que ha dado título a su disco. A los cuatro años se trasladó con sus padres -él profesor de teatro y ella pintora- y sus dos hermanos mayores a Murcia, a una aislada casa de campo cerca de Alcantarilla que fueron restaurando con sus propias manos. "No había ni agua", recuerda. "La cogíamos de un aljibe".

Allí escribía sus canciones, que un día decidió colgar en Internet "sin ninguna intención concreta". En 2005 se presentó a un concurso local y ganó en la modalidad de cantautor. Siguió escribiendo canciones, tocándolas en el circuito local y colgándolas en Internet. Y llegaron las ofertas de las discográficas. Acabó eligiendo una, Absolute Beginners, no por su capacidad de promocionar el disco, sino por estar dispuestos a respetar sus condiciones. "Tenía claro cómo quería hacer el disco, aunque fuera más caro", dice. "Quería grabar en directo, con los colaboradores que me apeteciera, con un cuarteto de cuerda, y todo analógico".

Ahora Alondra da conciertos por toda España, y planea el asalto al Reino Unido y Francia. Saborea el éxito de su disco, consciente de formar parte de una escena que vive un momento dulce. Algo positivo, pero que entraña también sus peligros. "Indudablemente se les presta más atención que antes a proyectos femeninos solistas y más concretamente de folk", opina. "Pero no sé exactamente cuál es la razón. Realmente no hemos empezado todas a la vez, no escribimos canciones de la misma manera, no nos hemos puesto de acuerdo para invadir el país. Da la sensación de que hemos aparecido de la nada todas de golpe, pero no es verdad. Me preocupa que sea una moda, porque eso significaría que es pasajera y que se va a acabar. El que algo esté de moda es un arma de doble filo. Pero no es bueno pensar eso. Ahora está funcionando bien, y hay que aprovecharlo".

Parte de la responsabilidad de que tanta atención recaiga en estas propuestas corresponde a la madrileña de 24 años Lourdes Hernández, rebautizada artísticamente con el nombre del color de una barra de labios: Russian Red. El punto de partida fue, de nuevo, MySpace, donde Lourdes colgó sus canciones, a las que se acercaron decenas de miles de personas. En 2008 se publica I love your glasses, que llega a disco de oro tras vender más de 30.000 copias, y da pie a centenares de conciertos a lo largo de dos años. "La vida es así de inesperada", cuenta Lourdes. "Empiezas haciendo lo primero y un día te percatas de que ha sucedido lo último. Cómo he llegado hasta aquí es un misterio para mí. Y me gusta que así sea. Seguir haciendo discos a partir de ahora seguro que es mucho más explicable que todo el proceso del primero". En cuanto a la escena de chicas cantautoras, Lourdes tiene claro el origen: "La escena surge desde fuera, desde la idea de los medios de encumbrar ese fenómeno. No creo que sea una moda que las chicas cantemos, es moda que se nos haga más caso de lo habitual. Y por supuesto que me parece bueno, el caso y la moda".

Lo de Vinila Von Bismark, granadina de 23 años, ex integrante del grupo Krakovia, no es folk. Pero comparte generación y muchas otras cosas con las demás chicas. Lo suyo son los sonidos de cabaret, el swing, el calipso, el rock and roll clásico. Y su primer disco junto al trío de rockabilly The Lucky Dados, previsto para abril, que contó con la colaboración de Graeme Durham, productor y padre de Kitty, Daisy & Lewis, grupo de moda británico de sonidos retro, está despertando mucha expectación.

¿Las claves? Un personaje impresionante, un directo que maravilla allá donde va, y una intensa actividad en Internet, con más de 380.000 visitas a su perfil de MySpace sin tener aún disco en el mercado. "En estos momentos Internet es la herramienta que más uso y que más resultado me da", explica Vinila. "Me permite dar a conocer a mucha gente mi trabajo. Es un medio democrático, interactivo, donde todo el mundo puede opinar, aportar e intercambiar ideas".

Internet también fue el lugar donde se fraguó el fenómeno de La Bien Querida. A Ana Fernández-Villaverde, la pintora bilbaína que se esconde detrás de ese seudónimo, no se le había pasado por la cabeza cantar. Se compró una guitarra hace unos años y, con los cuatro acordes que aprendió, empezó a componer. "No me considero una cantante", dice, "soy una chica que hace canciones".

Un día tocó sus temas para su amigo Jota, cantante del grupo granadino Los Planetas, y éste le animó a grabarlas. "Yo pensé que si él me animaba a hacerlo sería por algo", explica, "y grabé una maqueta".

El boca a boca empezó a funcionar. Su amigo Antonio Luque, del grupo Señor Chinarro, empezó a hablar maravillas de ella en su blog. "Y mi perfil de MySpace", recuerda Ana, "se empezó a llenar de visitas".

Entonces llegó el disco, que recoge siete canciones de aquella maqueta y cinco nuevas, grabado con el sello independiente Elefant. "No hicimos el disco para agradar a nadie", explica Ana. "Ni siquiera a los fans. De hecho, algunos se enfadaron porque sonaba distinto que la maqueta. Pero yo tenía claro que no quería repetirme".

Electra, la contrapartida femenina al complejo de Edipo, fue el nombre de la primera banda de la bilbaína Miren Iza. Tenía 16 años cuando quedaba con su amiga del colegio de monjas para tocar en el muelle de Churruca, en Las Arenas. Era un grupo de chicas que hacían punk rock en inglés y que pronto, para editar su primer disco, se cambió el nombre al de Electrobikinis.

Cuando el grupo terminó, a Miren le entraron ganas de cantar en español, de dar salida a todas esas canciones que acumulaba en cuadernos y hojas sueltas. Así nació Tulsa. Un proyecto en el que Miren Iza da salida a sus canciones melancólicas. "El desamor es muy potente como tema", dice con una sonrisa. "Es algo que me inspira mucho".

Su primer disco (Sólo me has rozado, 2007) fue candidato a un grammy latino. Y el segundo, Espera la pálida, que acaba de salir a la venta, ha cautivado a artistas como Bunbury o Christina Rosenvinge, que han solicitado a Miren que colabore con ellos.

Éxitos que no han permitido a Miren dejar su trabajo de médico. Sigue teniendo que hacer piruetas entre conciertos, labores de promoción, ensayos y guardias en el hospital. "Si se me planteara la posibilidad, me encantaría dedicarme a la música a tiempo completo", asegura. "Creo que me lo debo a mí misma".

Con mayor o menor intensidad, los focos de la actualidad musical iluminan ahora a estas artistas. Hay explicaciones para todos los gustos. "Yo creo que, con todo el mundo alterado por la crisis, la gente agradece escuchar algo tranquilo y suave con voz de mujer", apunta Anni B. Sweet. El reto ahora es superar el efecto novedad. "La palabra revelación conquista muchas páginas de revista", explica Gema del Valle, de Subterfuge. "Los medios tienden más al esnobismo que a la consolidación de una escena. Si algo no es novedad resulta menos interesante". De momento les basta con disfrutar la inesperada posibilidad de hacer lo que les gusta. "Hace dos años ni siquiera sabía que quería dedicarme a esto", dice Alondra. "Si lo sabía, era de forma subconsciente. Así que no me pidas que me imagine el futuro".

ANNI B. SWEET

Su disco Start, Restart, Undo ha convertido a Ana López (Fuengirola, 1987) en una de las artistas revelación de 2009.

Ha sido elegida artista revelación de 2009 por los lectores de EP3 y por la asociación de salas de Madrid, editado su disco en Taiwan, grabado con el grupo mexicano Zoé y tiene más de setenta conciertos cerrados de aquí a otoño. �fortunadamente, puedo decir que ya vivo de la música. No paro� Su gran golpe, colocar una versión de Take on me de A-ha en un anuncio de hamburguesas. �ás que con el dinero que supone, me quedo con la satisfacción de que la gente te conozca y le guste�

LA BIEN QUERIDA

Su debut, Romancero, se convirtió en el disco favorito de 2009 entre la crítica especializada.

�unca había pensado en dedicarme a la música, pero un día me compré una guitarra por probar. Me bajé de Internet los acordes de The Magnetic Fields o The Cure y tampoco he aprendido mucho más desde entonces� Fue Jota, cantante de Los Planetas, quien le dijo a Ana Fernández-Villaverde: �Por qué no intentas hacer canciones?� El resultado ha superado todas sus expectativas. Antes de que la música se cruzara en su camino, Ana era pintora.

TULSA

Miren Iza (Bilbao, 1979) acaba de ir de gira con Christina Rosenvinge y ha grabado con Enrique Bunbury. Su segundo disco se llama Espera la pálida.

�uando nos nominaron al Grammy Latino con nuestro debut pensamos: �Cómo se han enterado siquiera de que existimos?� Iza maduró del inglés desenfadado de su primer grupo, Electrobikinis, al castellano desgarrado de Tulsa. �o me corto en reflejar reflexiones sexuales. Tengo tendencia a meter el dedo, pero en mi propia llaga� Su estilo directo ha conquistado a Bunbury: participa en tres canciones de su nuevo disco, incluida una versión de Frente a frente,
de Jeanette.

ALONDRA BENTLEY

Este mes presentará en una gira por Inglaterra su disco de debut, Ashfield Avenue.

Nació en Lancaster (Inglaterra), pero creció en una pedanía de Murcia �n una burbuja, en el campo� Su madre, pintora, tocaba el arpa, y su padre, profesor de teatro, tuvo un grupo de psicodelia. �iempre había guitarras por casa. Empecé por curiosidad, intentando sacar canciones que me gustaban� Ejemplifica a la perfección el temperamento de su generación: tras oírla en MySpace contactaron con ella varios sellos discográficos, pero no firmó hasta que le permitieron grabar su debut a la antigua usanza, en analógico y con los músicos tocando en directo.

VINILA VON BISMARK

Su esperado debut con el trío de rockabilly The Lucky Dados, The secret carnival, sale en abril

Tras su paso por el grupo Krakovia, Irene López Mañas (Granada, 1987) salta de corista a líder con The Lucky Dados. Aficionada al circo, en su gira de presentación demostrará su habilidad subida a un trapecio. "Siempre me ha ido lo físico. Mi madre hacía cabaret y mi padre es preparador físico. Yo, desde pequeña, he participado en exhibiciones de fitness. Pero con el trapecio me duelen hasta las pestañas". Ejerce de D. J., cantante y artista burlesque. Se dio a conocer con una portada de Intervíu. "De hecho, me gustaría repetir. Preferiría ver en ella más a artistas musicales que a concursantes de Gran Hermano.

MIRANDA DE EBRO ÚLTIMO CAMPO DE CONCENTRACIÓN


Barracones para nazis y judíos

Miranda de Ebro fue el último campo de concentración en clausurarse - En la II Guerra Mundial albergó a 15.000 extranjeros, entre ellos a dos futuros Nobel.

TEREIXA CONSTENLA - Madrid - 14/03/2010

Julián Moreno tuvo la osadía de tener hambre y comer. En el basurero del campo de concentración de Miranda de Ebro descubrió un manjar: cáscaras de naranja. A los militares no les gustó. "Le ponían una moneda en la frente y contra la pared, teniendo que sostenerse en una sola pierna. Cada vez que se le caía tenía que recogerla y en ese instante los soldados le propinaban una paliza. Cada vez aguantaba menos, cada vez las palizas eran más frecuentes, así durante horas", contó el testigo Julián del Olmo, también prisionero. El otro Julián, el que tuvo la osadía de comer cáscaras, murió maltratado en Miranda de Ebro, el último campo que cerró sus puertas en España (1937-1947). Lo cuenta el periodista Isaías Lafuente en Esclavos por la patria (Temas de Hoy), una obra que destapó lo silenciado: los trabajos forzosos de presos políticos de los que se beneficiaron instituciones públicas y empresas privadas durante el franquismo.

Campos de esclavos

FOTOS - FONDO DEL TRIBUNAL DE CUENTAS. CENTRO DOCUMENTAL DE LA MEMORIA HISTÓRICA - 14-03-2010

Batallón de Trabajadores nº101. En el fondo del Tribunal de Cuentas se contabilizan 541 batallones de trabajadores. Eran unidades formadas por prisioneros republicanos, recluidos en los campos de concentración sin haber sido juzgados ni condenados. Cada mes se remitían listados con las altas y bajas al Tribunal de Cuentas para certificar los gastos de manutención y salarios.- FONDO DEL TRIBUNAL DE CUENTAS. CENTRO DOCUMENTAL DE LA MEMORIA HISTÓRICA


Su diseño se parecía al de los campos alemanes, pero la finalidad, no.

La documentación custodiada durante décadas en el Tribunal de Cuentas, hurtada a los investigadores hasta 2008, ayudará a esclarecer más aspectos de lo ocurrido en los 132 campos de concentración que se registran en ese fondo. Hubo alguno más: hasta 190, según el historiador Javier Rodrigo. Tal vez cuando se cruce la información del Tribunal de Cuentas, disponible desde esta semana en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, con la existente en los archivos militares de Ávila y Guadalajara se pueda trazar el mapa definitivo de los campos franquistas, a los que la historiografía ha comenzado a dedicar atención en los últimos años.

José Ángel Fernández López no es historiador, pero ha vivido 20 años obsesionado con el campo de Miranda de Ebro. En ese tiempo, ha rastreado las identidades de sus prisioneros, ha recopilado fotografías tomadas por extranjeros y ha narrado la evolución del recinto en un libro: Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947). "Se construyó inicialmente con el material de un circo abandonado, cerca de la vía del tren y del río Bayas", explica. El tren facilitaba el trasiego de prisioneros en vagones de ganado y mercancías. El río impidió infecciones mayores. "No había letrinas al principio. Los presos construyeron un andamiaje hasta el centro del río para usarlo como letrina", describe.

En su diseño, Miranda de Ebro se asemejó a los campos alemanes, con sus barracones y alambradas para cercar cuatro hectáreas. En su finalidad, por fortuna, no. En los campos franquistas se recluía, se clasificaba y se reeducaba. A estos criterios se ajustó al principio Miranda de Ebro. Tiempos duros. Los de las cáscaras de naranja, el hambre, el frío, el tifus, la disentería, las palizas. Son los días en los que fallece Julián Moreno, cuando el campo acoge a derrotados que se clasifican -afectos, desafectos o indiferentes al nuevo régimen- antes de decidir si engrosarán los batallones de trabajo, quedarán en libertad o se someterán a un consejo de guerra.

Las altas y bajas mensuales de cada campo remitidas al Tribunal de Cuentas muestran un cambio en Miranda de Ebro durante la II Guerra Mundial. Sólo en agosto de 1943, el listado detalla la identidad de 3.265 extranjeros: alemanes, italianos, polacos, franceses, apátridas (la etiqueta aplicada a los judíos por el régimen español). Se desataron tales conflictos entre ellos que se delimitaron dos áreas. "Había una alambrada entre las zonas para evitar enfrentamientos, pero el trato que recibieron los alemanes era distinto, tenían incluso permiso para pasear por el pueblo", explica José Ángel Fernández.

Por el campo pasaron 80.000 prisioneros, en los que se incluyen 15.000 extranjeros, la mayoría de nacionalidad francesa. Entre ellos, José Ángel Fernández descubrió la presencia de Jacques Monod y François Jacob, que merecieron el Premio Nobel de Medicina en 1965 por sus trabajos en biología molecular, según la información que le facilitaron ex combatientes franceses de la II Guerra Mundial. También hubo "celebridades" del otro bando en Miranda de Ebro, como Walter Kutschmann, un criminal de guerra que tuvo varias vidas. En su vida de jefe nazi ordenó ejecutar a 1.500 judíos en Polonia. Cuando Kutschmann olfateó la derrota, aprovechó su traslado a Francia, desertó y cruzó los Pirineos. Y comenzó otra vida en el campo de concentración de Miranda de Ebro, que abandonó bajo la identidad de un carmelita. Llegó a Argentina en 1947 donde vivió como jefe de compras de la casa Osram sin llamar la atención hasta que el cazanazis Simon Wiesenthal le identificó en 1975.

MIGUEL DELIBES.TREINTA HORAS DE CARIÑO Y SILENCIAO


La muerte de un grande de las letras
Treinta horas de cariño y silencio

Una multitud emocionada asiste en Valladolid al funeral por Miguel Delibes - Las cenizas del escritor fueron depositadas en el panteón de hombres ilustres

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS - Valladolid - 14/03/2010


"Vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaras hogaño". Las palabras de la agonía de Alonso Quijano cruzaron ayer la nave central de la catedral de Valladolid junto a un pasaje del Apocalipsis, unos de los versos a su padre de Jorge Manrique y el siempre esperanzador amor mas allá de la muerte de Quevedo: "serán ceniza, mas tendrán sentido; polvo serán, mas polvo enamorado". La misa de funeral por el escritor Miguel Delibes, fallecido el viernes a los 89 años, se centró en la figura del escritor y en la del hombre, "un humanista cristiano", recordó el administrador diocesano, Félix López Zarzuelo, encargado de oficiar una ceremonia medida y popular al mismo tiempo, seca pero profundamente emotiva.

* “Miguel, estamos todos. Te queremos mucho”
* El hombre que no quiso una fundación

Fue una ceremonia contenida pero profundamente emotiva "Debería ir a hombros", se quejaba un anciano al ver pasar el coche

"No creía que el hombre fuera un náufrago", dijo el sacerdote Hubo una extraña unanimidad sobre la importancia de su figura y su legado

Fue una ceremonia contenida pero profundamente emotiva

"Debería ir a hombros", se quejaba un anciano al ver pasar el coche

"No creía que el hombre fuera un náufrago", dijo el sacerdote

Hubo una extraña unanimidad sobre la importancia de su figura y su legado

A las doce de la mañana el féretro del escritor dejaba el Ayuntamiento de Valladolid, donde había estado instalada la capilla ardiente y por donde se calcula que habrán pasado más de 15.000 personas. En la calle, los ciudadanos habían tomado las gradas instaladas para las procesiones de Semana Santa y ahí, en silencio, aguardaron el paso del cortejo fúnebre. "Debería ir a hombros", se quejaba un anciano al comprobar que el último paseo de Miguel Delibes, del Ayuntamiento a la catedral, sería en coche. "Estas cosas se hacen cargando a hombros", insistía. Tanto la familia como el pleno del Ayuntamiento hicieron a pie un camino que en todo momento estuvo abarrotado de gente, con un sol radiante y una emoción contenida que cortaba la respiración. Aplausos sí, pero ningún grito. La entrada por la calle de Cascajares, con ese desnivel en el terreno que anuncia tarde el portón -ayer abierto de par en par- de una catedral diseñada por el arquitecto Juan de Herrera, ofrecía una panorámica dramática.

Al llegar a la entrada, los nietos del escritor cargaron el féretro. De entre los centenares de coronas llegadas de toda la geografía nacional, cuatro (la de los Reyes, la de los príncipes de Asturias, la de las Cortes de Castilla y León y la del Ayuntamiento de Valladolid) siguieron el paso hasta el final. Allí estaban la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Y allí estaban centenares de personas que poco a poco entraron en la catedral hasta abarrotar todas sus esquinas. Mientras una mujer con los aires de la papisa Mercedes Sosa lloraba, otra con un visón hacía fotos con el móvil. Félix López Zarzuelo, seguido de una veintena de sacerdotes, habló del dolor de la muerte ("la muerte duele, y mucho, duele no volver a ver esos ojos que se cruzan con los nuestros por la acera de Recoletos, por el Campo Grande") para afirmar que su pésame no era "frío y protocolario" y para insistir "en la dimensión trascendente del hombre". "Miguel Delibes no creía que el hombre fuera un náufrago", añadió.

El hijo mayor del escritor, Miguel, subió al púlpito en representación de la familia para agradecer "estas 30 horas de muestras de cariño" y para recordar cómo en los últimos años su padre tenía más puesta su ilusión "en la otra vida que en ésta". Reconociendo el cansancio de los suyos (que continuaron juntos en una breve ceremonia íntima en el Panteón de los Hombres Ilustres de la ciudad) añadió: "no queremos hacer aquí otra expresión más de pésame".

Delibes, un escritor que no tuvo escuela literaria (solía decir que él aprendió de la lectura de un manual de derecho mercantil) y que probablemente tampoco la deja, convocó ayer una extraña unanimidad sobre la importancia de su figura y su legado. Su periódico de siempre, El Norte de Castilla, le dedicó un especial de 48 páginas que a primera hora de la mañana ya estaba agotado en Valladolid. El hombre, el cazador, el escritor, el periodista... En 1962 escribió entre decenas de artículos sobre la vida cotidiana en España un artículo titulado Los entierros que ayer caía como un guiño rabioso al presente: "Hoy sólo quiero ocuparme de los entierros; de los entierros a la Federica, con carrozas barrocas, caballos empenachados y aurigas con peluca, que es como se hacen los entierros en mi pueblo. Uno, naturalmente, no está contra los entierros. Uno está, más bien, contra los formalismos falaces. Uno aboga, en suma, por los entierros sencillos, minoritarios, donde el que vaya, vaya por sentimiento y no por educación. Tal vez así se evitaría que en los entierros se hablara tanto de fútbol y que, a la hora de partir, el difunto se encontrara solo por aquello de que los muertos son los únicos hombres puntuales del país". Por una vez la sabiduría le traicionó y su puntualidad coincidió con todos los que le despidieron.